martes, 27 de septiembre de 2011

VIVAC REFUGIO DE LA CUCARACHA

Realizada la actividad, la consideramos todo un éxito y desde aquí, quiero dar la ENHORABUENA a todos los participantes, pues ha sido bastante dura debido a lo complicado y la dureza del terreno por el que nos hemos movido. No es igual realizar 13km después de haber dormido en casa y que este recorrido sea por la campiña, o por terreno llamemosle normal y con un mochila pequeña para el bocata y el agua. 
Trece kilometros después de haber maldormido en un refugio o en la tienda de campaña, con una noche de bastante frío, cargando con una mochila donde llevar toda la indumentaria y la comida para un día entero, hace que esta se endurezca notablemente y al final es como sí hubiéramos realizado el doble de kilómetros.
Dos días de marcha y de convivencia dan para contar muchas historias, pero eso prefiero que sean los propios participantes los que en los comentarios al artículo dejen su mejor vivencia. (la vaca nocturna, las vacas senderistas, esos ruidos extraños por la noche en el refugio, etc, etc)
Iniciamos la aventura en Córdoba, cuatro vehículos y veinte personas. En principio una pequeña revisión de mochilas y el obligado tetrix a la hora de ajustar todo el equipaje a los coches. 
Senderismo o ¿montañismo?, en el Refugio de la Cucaracha hay mucho espacio pero, cuando llegamos ya hay gente, nosotros nos acoplamos, unos dentro y otros fuera, y cuando ya la noche se había echado encima seguían llegando montañeros, todos pasaríamos la noche allí.
Al día siguiente desayunamos y a las diez ya estábamos caminando hacia el barranco del Aceral. A partir de ahí nos encontramos con una familia de vacas (con cuernos) que se empeñó en hacernos de guía durante dos kilómetros. Al principio eran cuatro vacas, pero cuando llevábamos un rato andando, apareció otra vaca que se quería poner en cola de nuestro grupo y no veas como empujaban los últimos del grupo. La vaca más inteligente que todos nosotros juntos decidió adelantarnos, eso si poniendo el intermitente y por la derecha como los británicos.Una vez llegados al río, las vacas se despidieron y nosotros nos quedamos un rato bañándonos en unas aguas muy calentitas.


El resto de la marcha fue bastante bien, y al llegar al punto de destino junto al río, aprovechamos para quitarnos el polvo del camino con un buen chapuzon.