viernes, 5 de septiembre de 2014

CAMINO DE SANTIAGO 2014

Este año la actividad principal del verano ha sido el camino de Santiago, donde ocho componentes del FYH hemos realizado 150km en seis etapas mas dos días de viaje para la ida y vuelta. El camino elegido ha sido el primitivo y lo hemos realizado con todo el equipo que podíamos trasportar en nuestras mochilas y alojandonos en los albergues de las poblaciones en las que finalizábamos las etapas.

El día doce de agosto a las nueve de la mañana emprendiamos el viaje hacia Lugo, donde después de diez horas de tren nos bajamos con una intensa lluvia, y una temperatura de 16 grados, al igual que en pleno invierno en Córdoba.

A la mañana siguiente nos desplazábamos en autobús hasta una aldea llamada Paradavella, situada en el camino primitivo a cincuenta y siete kilómetros de Lugo.

Como podéis observar en la foto sudaderas y chubasqueros, y 25km por delante. Por paisajes preciosos, y con las ganas e ilusión de realizar esta aventura, recorrimos los 25km de esta etapa a ratos con lluvia y a ratos con sol, y llegábamos a Castroverde algo cansados pero contentos porque terminábamos la primera etapa y teníamos sitio en el albergue.

El tercer día y segunda etapa, comenzaba a las siete de la mañana, aunque desde las cinco de la mañana había gente levantándose en el albergue. Preparar la mochila y desayunar en una cafetería del pueblo y a caminar con destino a Lugo. Esta vez teníamos que acelerar un poco más la marcha pues si llegábamos muy tarde nos podíamos encontrar sin plaza en el albergue.
Por ahora las fuerza intactas y disfrutando del camino. Al llegar al albergue lo típico es ducharse, lavar y tender la ropa, comer un poco y siestecita para reponer fuerzas.

Como estábamos en Lugo merecía la pena salir a dar un paseo y ver la ciudad, ademas de comprar comida para las dos etapas siguientes. La ciudad pequeña pero acogedora y bonita, con una muralla Romana que la rodea. Fundada por los romanos en el año 25 a.c al igual que nuestra Corduba.
Esta vez la noche en el albergue no fue buena, pues un par de impresentables dieron la nota, y cuando dejaron de darla se pusieron a roncar como elefantes. Así que a las ocho de la mañana buscábamos una cafeteria para tomarnos un cafe y espabilarnos pues nos podíamos quedar dormidos de pie después de la nochecita.

Por delante 27km y unas siete horas hasta llegar a Ponte Ferreira.
Aquí ya empezaban las ampollas a dar la cara pues desde la salida Fatima iba tocada. Las temperaturas habían subido un poquito y en alguna aldea tuvimos que pedir que nos llenaran las botellas de agua. Los cinco km de mas con respecto a la etapa anterior y lo acumulado en total empezaba a hacer mella en alguno de nuestros componentes. Al final llegamos todos aunque no a la vez.

El Albergue de Ponte Ferreira fue el que más nos gusto de todo el camino debido, a sus paredes de piedra y maderas y lo acogedor que es. Ademas de ser privado esta regentado por un cordobés del barrio de Santa Rosa, y eso estando tan lejos de casa hace que te sientas más cómodo.

Al día siguiente, la cuarta etapa de otros 27km y con destino Boente. Ya desde el principio Fatima se quedaba retrasada debido a que las ampollas no mejoraban, y después de muchos periplos (incluso perderse) que para ella quedan, tuvo que terminar la etapa en coche. El resto del grupo llegábamos al albergue de Boente y algunos miembros del grupo también con algunas molestias.

El haber discurrido la mayoría de la etapa por carretera nos había sobrecargado más de lo esperado.

Comenzaba la penúltima etapa de otros 28km el domingo día 17, con finalización en Pedrouzo, localidad ya situada dentro de lo que es el camino Frances, lo cual quier decir que ya había mucha más gente que en el resto de las etapas del camino primitivo.

El aumento de las temperaturas, la carretera del día anterior, el peso de la mochila y la acumulación de kilómetros de las anteriores etapas hacían de esta etapa una larga jornada de marcha. Fatima quería hacerla caminando, pero cuando intento ponerse las botas se dio cuenta inmediatamente que era imposible debido al estado de sus pes y tuvo que realizarla en autobús hasta el albergue.

María Jose con sobrecargas en el cuadriceps, Juanma con una ampolla que aunque no le restaba potencial le hacia desear llegar cuanto antes, y Enrique con otra sobrecarga importante en la rodilla que le hicieron ralentizar la marcha. Al final llegamos como el rosario de la aurora y yo cabreado y casi pasado de rosca pues confiando en el google maps para buscar el albergue casi me voy a la Coruña estando a 100mt del albergue.

Pero como al día siguiente era ya la última etapa con llegada a Santiago de Compostela al ducharnos y reponer fuerzas las ganas e ilusión volvian a florecer.
Para la última etapa teníamos 20km y llegada antes de las doce para asistir como es tradicional a la misa del peregrino, así que a las 05:30 tocábamos diana en el grupo y con todo eso ya eramos los últimos en salir del albergue.
Por supuesto ni que decir tiene que durante más de una hora caminamos totalmente a oscuras, solo alumbrándonos con los frontales, aunque con tanta gente parecía aquello una procesión.

A eso de las once y cuarto entrabamos a la plaza del obradoiro por la puerta del perdón. Dejamos las mochilas en la consiga y nos fuimos a la misa del peregrino donde al final de esta disfrutamos del vuelo del famoso Botafumeiro. A partir de aquí contentos por haber sido capaces de realizar nuestro camino nos alojamos en el albergue del seminario menor y dedicamos la tarde a pasear por la ciudad, recoger la compostelana y tomar algunas tapas.


A la mañana siguiente de vuelta para Córdoba donde llegábamos a eso de la seis de la tarde, cansados pero con la satisfacción de haber logrado nuestro objetivo, y de haber vivido una semana intensamente.

Fuerza y Honor